Por Leida T. León
Ese segmento puro de su mente
que puede entender y leer la poesía que libra,
dibuja con verbos las sombras precursoras
del atardecer que se adelanta
vacilante y a medias.
Desde el invierno nuevo una leyenda
le habla de la extinción de un pasado
tolerante,
del naufragio de una historia resuelta
en la encrucijada de las letras.
Quiso forzar con su verdad, al viento
que aún se empeña en arropar
un destino arbitrario,
donde sueña el olvidar afrentas y silencios;
hará lo mismo con la filosa punta de la daga
que pretendió penetrarla y desangrarla.
Existirá con esfuerzo en esas horas,
en las que le ahoga el calor que le abraza.
Y será ella mucho mejor que el acero
de una espada,
mucho mejor que la conciencia;
mejor que la estocada preparada,
que la suma de quimeras intermedias.
Se rebela ante la sentencia que condena
a purgar, sin olvidar;
a la ilícita destrucción de su osadía,
a la pérdida de la nobleza de sus versos
y su aliento.
Volverán a visitarle las rojas luces
del desastre en el ámbito exclusivo
de memorias que la envuelven,
la acunan; luego ella se incorpora y anda.

Leida T. León
Leida T. León nació en Cuba. Emigró como refugiada cubana a los Estados Unidos en 1969. Durante su vida laboral ha trabajado como analista y consejera financiera en empresas privadas. En las últimas dos décadas desempeñó los cargos oficiales de Manager de Servicios Humanos y Administrativos para el condado de Los Ángeles, California donde reside. En el presente es editora y traductora independiente, además de colaboradora en Pinar Publisher, LLC. Escribe poesía desde niña y su prosa es nueva. Sus poesías y relatos han aparecido en varios sitios literarios. Aunque publicó En Blanco y Negro un libro de poesías, Eliza es su primera novela publicada.