Una vez que tenemos listo nuestro manuscrito y, por supuesto, comprometidos con la publicación como autores, nos enfrentamos a la pregunta: «¿Bueno, y ahora qué? ¿Será que lo publico en papel, en formato digital o en audio?».
Y la respuesta, claro, no es para nada sencilla. Hay muchos autores para los cuales tener el libro en papel, tocarlo, sentirlo, abrazarlo es su mayor aspiración. Para otros, sin embargo, el libro en formato digital es una necesidad que acompaña los tiempos que corren; lo mismo sucede cuando piensan en ver su obra convertida en un archivo de audio capaz de llegar a los “oyentes” mientras estos manejan su automóvil. Pero ¿qué ventajas tiene uno u otro formato? ¿Por qué es importante entender la relevancia de estos en el mercado actual? Y sí, dije mercado con toda intención, porque, aunque no nos guste alejarnos del romanticismo que implica el acto de escribir, debemos comenzar a ver la publicación de nuestra obra como un negocio en el que todo pesa. Para que tengas una idea, la industria del libro, en sentido general, alcanzó en 2022 un valor aproximado de 137.100 millones de dólares estadounidenses. Amazon en ese mismo año generó unos 16.900 millones de dólares. Es decir, esta es una industria que, a pesar de las fluctuaciones del mercado, está dejando dividendos. De ahí que tenga sentido asumir la autopublicación como una empresa o negocio personal que debería ser rentable; y en el que además las decisiones que se adopten sean inteligentes y en correspondencia con nuestros propósitos. No debemos seguir siendo conformistas y pensar que solo los escritores de renombre, las grandes editoriales, y las plataformas como Amazon son merecedoras de ganancias. Es un tema en el podemos ahondar más, pero que por el momento lo dejo en el tintero para que reflexiones y evalúes qué puedes hacer mejor para no estar dentro del grupo de autores que se autopublican y ganan al año menos de 500, e incluso mucho menos de 100 dólares estadounidenses.
Unos 980 millones de lectores se dice que representan la audiencia interesada en el libro digital. Este es un dato importante a la hora de determinar el formato en el que queremos publicar nuestro libro; sin embargo y aunque no hay estadísticas claras los lectores aún continúan prefiriendo el libro en papel. Al menos, en España, el 52 por ciento de las personas consultadas leen libros publicados en papel, frente al 36 por ciento que consumen libros en soporte digital. Por detrás de la publicación del libro digital están los audiolibros. En 2023, el mercado global de los audiolibros alcanzó unos 6.830 millones de dólares.
El auge de Amazon y de otras plataformas ha permitido que el libro electrónico llegue de una manera viable a lectores de todo el mundo donde haya Internet. Amazon Kindle Direct Publishing (KDP), Apple Books y Kobo, por solo mencionar algunas son de por si herramientas gratuitas de distribución de los libros digitales. Y es que al publicar en formato digital no necesitamos preocuparnos ni por la impresión ni por el almacenamiento y tampoco por el envío; simplemente se sube el archivo a una plataforma, se complementa el proceso de aprobación y de inmediato el lector que lo compra podrá descargarlo y comenzar la lectura sin necesidad de espera. Esto último para muchos, es esencial, sobre todo en un mundo en el que, cada vez más, la inmediatez vale oro. Sin embargo, el libro digital no siempre es perfecto. Los que presentan un diseño complejo, su lectura puede percibirse afectada debido al tamaño de las pantallas.
Soy de la opinión de que los autores de novelas, poesía, relatos y textos de no ficción, como los libros de autoayuda, pueden beneficiarse ampliamente del formato digital.
Si recién estás comenzando y tu presupuesto es limitado, publicar tu libro en este formato podría representar la diferencia para alcanzar tu objetivo: llegar a más lectores con un mínimo de presupuesto y ganar en visibilidad.
Por otra parte, lo aceptemos o no, el formato impreso o la publicación del libro en papel sigue siendo esa opción romántica que sienta su base en los sentidos sensoriales. A un libro en papel lo podemos palpar, oler, abrazar. Nos provoca una sensación visceral. Al tocar un libro surgen recuerdos, nostalgias que nos hacen conectar con nuestro yo más íntimo. Asimismo, no es lo mismo leer en formato digital que en formato impreso; el segundo garantiza que nuestro cerebro se engañe menos, es decir la lectura en papel ofrece una experiencia más inmersiva y menos propensa a distracciones en comparación con el formato digital. Además, para muchos un libro en formato impreso es sinónimo de profesionalismo a pesar de ser más costoso.
El libro en papel exige almacenamiento, distribución. Y si decides imprimirlo por tu cuenta, necesitas tener fondos “tangibles”, porque el servicio de impresión es caro. Es cierto que los escritores pueden comprar, por ejemplo, en KDP, su libro a precio de autor, pero aun deberán pagar por el envío, y esto, de por sí, encarece el pedido.
La impresión en papel es ideal para aquellos autores cuyo objetivo es crear un impacto visual en los lectores y que planean centrarse en eventos presenciales.
En conclusión, diría que la elección depende de varios factores esenciales, pero el más importante es el económico. No frenes tu idea y publica. Cualquier formato que elijas siempre va a ser bien recibido por el lector, porque lo que a la larga vale es el contenido. De la forma que consideres más óptima podrás encargarte en la medida en que creces como escritor.