“No juzgues un libro por su portada”, una cita de Mary Ann Evans, nacida el 22 de noviembre de 1819, es decir, en el siglo XIX, aún nos provoca y llama a la reflexión. Evans, más conocida por su seudónimo George Eliot, fue una novelista, poeta, periodista, traductora y una de las escritoras más destacadas de la época victoriana. El asunto es que tanto noveles como avezados autores todavía hoy, y a pesar de cómo avanza el mundo en materia de innovación tecnológica, muchos nos preguntamos qué hacer con el diseño de la portada. ¿Contrato o no a un profesional? ¿Tomo una imagen “free” de Internet? ¿Me encargo de todo? Para Mary Ann estaba clara la valía de su escrito The Mill on the Floss; de ahí su ruego a que el lector no prestara atención a la simplicidad de la portada que lo representaba. Y, de alguna manera, también estaba consciente de que hay una primera impresión que, si no se consigue que sea buena, puede estropearlo todo.
En las líneas de hoy trataré de resumir brevemente los cinco aspectos clave a tener en cuenta para lograr el diseño de una portada exitosa.
Lo primero es lo primero: debes conocer el género. Sí, aunque queramos no darle la relevancia que lleva, cada género literario responde o tiene su propio «código visual». No será lo mismo la portada que elijamos para un libro de relatos infantiles que para una novela negra. La portada deberá comunicar al instante el género al que se enfrentará el lector, de manera clara y sin argucias disruptivas que desalienten la lectura.
El segundo aspecto clave a tener en cuenta es el poder de la tipografía. La tipografía no es solo un adorno; es la voz de la portada. Asegúrate de que sea coherente con el tono del libro y fácil de leer. La elección de una buena fuente puede ser la diferencia entre atraer o perder un lector. Ten presente que imagen y tipografía deben fusionarse de manera armoniosa para crear una portada completa, hermosa y llamativa. Si una destaca sobre la otra, es probable que debas revisar todo el concepto de creación.
Un tercer punto es pensar en tu portada como si fuera tu carta de presentación. Visualiza tu libro en una estantería abarrotada, imagina y respóndete cómo la harías destacar; ten presente en esa visualización el marketing, cómo encajará entre los lectores, entre tu público objetivo. Una excelente portada también apoya la marca del autor. Usar la misma tipografía para el nombre del autor en todos sus libros crea una marca consistente y reconocible. Crear una apariencia uniforme para todas las portadas de una serie comunica una marca de serie.
No dejes para luego lo que puedes hacer ya. No te quedes con un solo punto de vista. Investiga y adapta. Sí, es fundamental que evalúes de manera crítica qué está funcionando en los libros y las portadas de otros. Esa mirada te brindará un panorama bastante objetivo sobre las principales tendencias, gustos y preferencias de tus lectores; y, lo más importante, te brindará ideas e inspiración para conseguir tu objetivo fundamental: una portada con un diseño de éxito.
La portada de un libro guía la creación de materiales de marketing también. El sitio web del autor y el merchandising, como carteles, postales, marcadores e incluso camisetas, se basan en el diseño de la portada. Los materiales promocionales y las publicaciones en redes sociales que generan expectativa en torno al libro ayudan a construir la plataforma del autor aprovechando los elementos de la portada.
Por último, busca ayuda profesional. Invertir en un diseñador es esencial si no tienes experiencia en el tema. Un diseñador profesional aporta una mirada fresca, conocimiento de tendencias y una habilidad técnica que hará que tu portada luzca al nivel de las grandes editoriales.
Ten siempre presente que el diseño de la portada es una inversión; la ventaja adicional es que actúa como su propia pieza de marketing. Entonces, aquello de “no juzgues un libro por su portada” llévalo a otro nivel de entendimiento y esfuérzate porque la portada de tu libro no lleve ese mensaje implícito.